San Cristóbal .-“Veo una imagen borrosa / que se cuela entre las muchas del espejo /quedo boquiabierta /ante el grito de las cosas llenas de vida /en este campo de batalla /las ropas y mis medias aprisionadas /se asoman a la orilla de la gaveta /por tanto encierro /parecen querer salir /las sábanas arrugadas encima de la cama /se retuercen de dolor / porque han sido aplastadas/ mi mochila se cae…”.

Su tierna voz fue interrumpida por el ensordecedor sonido de propaganda política: “Está cansada de estar en el sillón /mi uniforme da golpes contra la ventana /como queriendo escapar de la habitación /mis zapatos salen corriendo /porque le temen a la oscuridad /que hay debajo de la cama /la alfombra se rasca del polvo /ante la mirada de unas niñas inocentes /retratadas en su grado /que no son más que yo misma /mis libros escapan de sus letras /se ven a medio caer de su estante /y que decir de mis muñecas olvidadas /que de asombro abren sus ojos /ante el danzar de las cucarachas.”

Sus ojos brillan y en sus pequeños brazos sostiene sin saberlo un gran tesoro. Podría estar jugando a las escondidas o a la gallinita ciega como acostumbran hacer la mayoría de niños de su edad, pero ha escogido un juego distinto para recrearse en las tardes dominicales. Junto a 80 niños de barrios marginales de San Cristóbal juega con las palabras, viaja a través de la fantasía y materializa sus sueños con tinta y papel.

La autora de este texto, Perla Báez, forma parte del taller literario Mi barrio en Letras Hatillo. Disfruta de la naturaleza, le encanta soñar e imaginar que visita el paraíso.

A sus 10 años de edad es una compositora perseverante de poemas y cuentos cortos e invita a otros niños a seguir sus pasos, “intenten escribir porque usar la imaginación puede ser productivo”.

La Fundación Aníbal Montaño es una institución sin fines de lucro, creada por la escritora Ysabel Florentino y el artista plástico y escritor Ramón Aníbal Mesa, en la ciudad de San Cristóbal, para promover la literatura, el arte, la cultura y la educación. Con 10 talleres literarios Mi Barrio en Letras, proyecto organizado por dicha fundación, se encuentra en distintos barrios de esta provincia desde mediados de 2008, estos talleres contribuyen de modo significativo al desarrollo educativo y cultural de infantes y adolescentes.

Florentino, presidenta de la fundación considera que “nuestra misión es que los niños absorban lo que está a su alrededor y lo conviertan en Literatura”.

En estos talleres literarios se realizan actividades de motivación a la lectura y la escritura.
A través de ejercicios prácticos los niños y adolescentes que oscilan entre los 6 y 14 años de edad escuchan poemas, imaginan, componen y sus instructores se encarga de redactarlos.

Algunos no saben leer ni escribir, pero esto no limita su imaginación: “Muchos de los niños talleristas residen en barrios marginales de la provincia. Ellos son iniciados en el mundo de la creación literaria con ejercicios creativos, escribiendo versiones inspiradas en textos de otros poetas, y en temas que les sujerimos hasta que al final ellos mismos escriben sus propios poemas. Han trabajado con poetas como Franklin Mieses Burgos, Octavio Paz y Mateo Morrison, entre otros.” Afirma Aníbal Mesa, fundador e instructor de este proyecto.

Sus temas“Hay una niña triste /sus lágrimas forman charcos a sus pies /dejando tras de sí /marcas de lodo que frenan su caminar /sus pestañas están desgastadas /lucen rubias por el sol, /pobre niña /¿Qué la hará llorar así? / ¿El olvido? /¿Dónde estarán sus familiares? /Su familia que la abandonó /es huérfana de caridad /A su alrededor ve todo gris /y yo pregunto nueva vez /y con voz audible /¿Por qué pienso tanto en ella? /Quiero que me escuche /y en mi grito encuentro la respuesta /sus padres están ahí /pero no la pueden ver /porque los separa la cortina de la indiferencia.” (Perla Báez, 11 años, Mi Barrio en Letras Hatillo)

Delincuencia, escasez, maltrato, olvido… Tras estas mentes brillantes y precoses se esconden historias desgarradoras. "Muchos de estos niños nunca han tomado un libro en sus manos”, nos confiesa Ysabel.

La concepción de esta institución se origina “Por amor a San Cristóbal. Nuestros talleres están abiertos para todos los niños y adolescentes que tiene el deseo de aprender y ser diferentes. No existe limitantes para quienes no saben leer ni escribir”.

La mejor forma de combatir la delincuencia y la miseria es como lo hacen los jóvenes instructores del Taller Literario. “Con el proyecto buscamos adiestrar a los niños para cambiar la lógica por la poesía, y les motivamos a encontrar en la naturaleza y en todo su derredor elementos inspiradores,” de esta forma describe Jesús Cordero, poeta, narrador y secretario de la Fundación su trabajo en la institución.

Mientras la mayoría de los niños de la ciudad se divierten, algunos se refrescan en parques y plazoletas, otros juegan o descansan estos pequeños escritores cada domingo se reúnen para realizar ejercicios de creatividad y para compartir sus creaciones.

Poco apoyo localEl taller central, agrupa alrededor de 30 jóvenes entre los 15 y 30 años, quienes se encargan de dirigir las actividades del proyecto Mi Barrio en Letras sin ninguna paga. Hacen grandes esfuerzos para conseguir los recursos necesarios para sostener la institución.

Ysabel recuerda: “en cierta ocasión necesitábamos $1,800 pesos para realizar un brindis en una reunión especial, así que acudimos a uno de nuestros gobernadores provinciales y al escuchar nuestra propuesta nos dijo sin ningún reparo -con esa cantidad yo consigo 6 votantes.
En otra ocasión, solicitamos un equipo de sonido a otro dirigente y su respuesta a nuestro pedido -no se por que la gente se mete en cosas que luego no sabe cómo resolver. Airada, le respondí: Por la misma razón que ustedes se postulan para que nosotros votemos por ustedes”.

“Hay una esperanza muerta en mi ventana /murió de tristeza /murió de soledad / su cadáver se disecó /y sus recuerdos fueron escurridos por el polvo, /se le comieron sus cascarones /y sus alas son hojas que no verán más la primavera.”

Al terminar la lectura de este texto, su autora Idalmis Martínez, nos envuelve con sus palabras y con ellas se nos dificulta relacionar el contenido con su juventud. Es que la literatura no conoce edad ni posición social. Y a veces la poesía hace madurar sus ideas bien temprano.

"Cuando me enteré de estas reuniones pensé en lo bueno que sería pertenecer a este movimiento y que no podía desaprovechar esa oportunidad”, comenta el jovencito Edwin Adonis, quien a los 12 años es coordinador del Taller Literario Mi Barrio en Letras de Pueblo Nuevo.

No teme revelar que sueña ser escritor. “Desde muy pequeño escribo, pero eso de la poesía lo descubrí hace un año atrás cuando mi profesora me pidió que escribiera una poesía.” Esperanza, alegría, una perspectiva diferente, un nuevo camino eso es lo que ha significado Mi Barrio en Letras para los niños y adolescentes que participan en este programa.

El gestorRamón Aníbal Mesa pintor, poeta, narrador, vicepresidente y creador de la Fundación Aníbal Montaño no puede ocultar su alegría al escuchar las creaciones de estos inocentes compositores.