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Ceremonias y rituales poder no cambian RD
Publicado por Oscar Gómez
Publicado el miércoles, 22 de septiembre de 2010
Opinión.-En poco o nada ha cambiado en el país las ceremonias y rituales del poder del que hace alusión el historiador Frank Moya Pons en el prólogo del libro “La Democracia Revolucionaria”, escrito por el cineasta René Fortunato.
En la página V del prólogo de marras Moya Pons cita al periodista Julio César Martínez, de quien dice que era uno de los hombres que siempre estaba presente cuando Juan Bosch participaba, junto a otros exiliados, en las reuniones que buscaban un regreso al país para terminar el derrocamiento trujillista y ayudar a construir la democracia en la República Dominicana.
Moya Pons relata en su prólogo que “Martínez recuerda que él observó que en un país tan acostumbrado a las ceremonias y los rituales del poder, como era la República Dominicana de entonces, los títulos de Jefe, Don, Señor, Licenciado, Doctor, Ingeniero, General y otros, marcaban una señal de distinción y respetabilidad entre sus poseedores…”
Todo esto lo enmarca el historiador en la condición o distinción que debía ponérsele a Juan Bosch, ya que no tenía título universitario, ni social ni militar.
La verdad que en la actualidad esto no dicta mucho o quizás nada de la época a que se refiere Martínez y que narra Moya Pons. Inclusive hay muchos que se consideran hasta irrespetados si al dirigirse alguien a esa persona no le refiere el título o la distinción de respetabilidad para tal o cual caso.
Y voy más lejos, en la actualidad periodistas de renombre y que han pasado por escuelas de Comunicación, han sido hasta jefes departamentales, tienden a colocar de manera obligatoria esas distinciones e inclusive a colocar en mayúscula el inicio del título o distinción, cuando lo recomendable es hacerlo en minúscula.
La regla gramatical nos indica que sólo se colocan en mayúscula o en alta, como suelen decirle algunos, los nombres o apellidos propios, nombre de instituciones etc., no así los cargos que siempre deberán ir en minúscula, excepto títulos o nombres de dignidad como por ejemplo: Rey, Papa, Presidente, Ministro, los cuales se escribirán siempre en minúscula cuando acompañen al nombre propio de la persona o el lugar que corresponden (el rey Felipe, el presidente de República Dominicana, el ministro de Trabajo).
El nivel de respetabilidad a una persona es otro componente que no ha cambiado mucho, pero es cuestión de un análisis posterior.
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