Por: Orlando Alcántara Fernández (Orly).

Opinión.-El 11 de septiembre del 2001 tiene vinculado a esta fecha de los atentados en los Estados Unidos muchas coincidencias que señalan al número 11 como número clave y persistente, como si se tratara de un Secreto Orden Supremo (S. O. S.). Ahora no voy a citar esos cálculos, pues se pueden conseguir en otras fuentes en Google e Internet.

Ahora hay que hablar del 8 de enero del 2011, día de la balacera en Tucson, Arizona. Sumando el 8 (día) más 1 (mes) y dos (sumatoria de cada dígito del 11 como se hace cabalísticamente) tenemos que da un total de 11. Entre las víctimas estuvo la niña Christina Taylor Green, quien nación el 11 de septiembre del 2001. Sus dos últimos nombres dan un total de 11 y el primer nombre es un derivado de Christ (Cristo), lo que apunta al canon bíblico, divino.

Ya sabemos que el nombre del Presidente Barack Obama tiene 11 letras al igual que el nombre del Vice-Presidente, Joseph Biden. Y estamos precisamente en el año 11, y precisamente en este nuevo año tenemos esta tragedia que no nos parece ser coincidencia a partir de los cálculos presentados que ponen de relieve otra vez el número 11. De seguro que aparecerán más 11 en esta tragedia, pero por el momento con los que he señalado es suficiente para darnos cuenta que estamos en los últimos días de este sistema de cosas y que el nuevo mundo prometido por Dios en la Biblia ya se acerca. Repito, se trata de un Supremo Orden Secreto (S. O. S.). Debemos estar alertas y dedicarnos a Dios en Jesucristo como nos animan a hacerlo los Testigos de Jehová. Las profecías se están cumpliendo con tantos terremotos y tanto desafuero generalizado. Estamos en los últimos días. Oigamos la voz de Jehová Dios en Jesucristo. Estemos vigilantes. Seamos sobrios. Gracias en Cristo Jesús. (I Tesalonicenses 5:21-24). Orly.